Hola chic@s!
Lo primero que encontramos entrando en nuestro hogar a la vez es la estancia más olvidada a la hora de decorar. Nos enfocamos en la decoración de nuestro salón, comedor, dormitorio, cuarto de baño,... Pero ¿y el pasillo?
El pasillo es el escaparate de nuestro hogar y, bien decorado, transmite esa sensación que todos queremos dar a nuestros invitados: ¡Bienvenidos a nuestra casa!
El pasillo debe dar la sensación de libertad y comodidad para circular de forma más ágil por nuestro hogar.
Debemos iluminarlo correctamente ya que difícilmente cuenta con una fuente de luz natural.
Siguiendo estas dos pautas, conviene que elijamos colores neutros o pasteles para las paredes. Estos darán una sensación de mayor amplitud ya que reflejan mucho mejor la luz.
Con respecto a la colocación de las luces, depende principalmente de la altura que tengan los techos. Si es un techo bajo, colocaremos los focos directamente en el techo o en la parte superior de las paredes, llenando de luz la totalidad del pasillo.
Por el contrario, si el techo es muy alto conviene ubicar los focos a una mayor distancia del techo y apuntando hacia abajo para evitar el efecto “túnel”.
Es conveniente incluir en los pasillos algo de mobiliario para que el paso por allí sea más ameno. Pueden ser muebles meramente decorativos o incluso piezas que resulten de gran utilidad, como percheros, estantes, zapateros, paragüeros, etc.
Las alfombras suelen dar más calidez a los pasillos, dando una sensación de hospitalidad y amabilidad. También se pueden colocar plantas, flores, cuadros o fotografías, tratando de que el espacio no quede demasiado sobrecargado de objetos.
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